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miércoles, 26 de octubre de 2011

Miss Bala


MISS BALA, interpretada por Stephanie Sigman

Fui a ver Miss Bala habiendo recibido reseñas de distinto tipo, desde la que la ensalzaba hasta la que la condenaba a la fosa común de malas películas mexicanas. No sabía bien qué esperar (aunque al entrar a la sala uno siempre tiene la esperanza de salir de ahí en acuerdo con los que le hablaron bien de la cinta en cuestión, que nadie quiere pasar dos horas viendo un bodrio). Me atrapó rápido, tal vez por la cierta complicidad que hay al principio entre Laura y su amiga. Luego Laura la busca, un tanto desesperada por saber si está bien, y en su búsqueda entrará al hoyo del que no saldrá en todo el film. Enredada con el narco, es utilizada para realizar encomiendas peligrosas, sin que ella pueda negarse o decir algo siquiera.

Gerardo Naranjo, director de Miss Bala

La trama de Miss Bala se desenvuelve con muy pocos diálogos. Lo curioso es que tampoco hay mucha acción. Lo que predomina, y es obvio que el filme fue realizado con esa intención, es una atmósfera gris, una en donde la voluntad no tiene valor alguno, la incertidumbre está siempre presente y la vida en riesgo constante. La cámara pareciera ser los ojos de algún testigo incorpóreo que sigue a Laura sin poder hacerle compañía en su odisea. En un estilo casi documental, viéndolo todo cual si fuese un periodista gonzo, el espectador llega a olvidarse que lo que ve es un filme de ficción, casi hasta sentirse igual de inseguro que la protagonista. 

Lo que en buena medida ayuda a que la historia resulte tan realista, son las excelentes actuaciones de Stephanie Sigman y Noe Hernandez, ella, en el papel protagónico y él, como Lino, el narcotraficante que le dá órdenes. Se nota el sumo cuidado que Gerardo Naranjo puso en este rubro, ya que, desgraciadamente, es común en el cine mexicano que las historias pierdan credibilidad por tener actuaciones mediocres, o en el peor de los casos, francamente malas. Ésta película, sin embargo, mantiene todo el tiempo actuaciones dignas de un galardón.

Noé Hernandez como Lino Valdez

Algo muy peculiar del filme, es que no tiene música extra diegética. No hay una composición instrumental de melodía triste que acompañe las desventuras de Laura. Sólo hay silencio, órdenes, sonidos de coche y disparos. ¿Un tributo a los principios de Bresson? Puede ser. En lo personal, me parece un muy buen filme mexicano, uno que sé que representará competitivamente a México en festivales internacionales. Éste es el nivel de películas del que queremos ver más ejemplos en México. ¿Una muestra del principio de una sana industria cinematográfica en nuestro país? Yo lo creo posible.

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