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lunes, 28 de noviembre de 2011

LA COSA (de-l? otro mundo)





La película original de 1982 fue dirigida por John Carpenter (creador de la saga Halloween y de un montón de títulos dignos de B-movies de autocinema), y en su momento fue una revolución del género de terror mismo. De hecho, The Thing (parte 1?) figura en lo alto de las listas de horror en IMDB, y también por eso fue un incentivo para que yo la descargara de torrent un día de aburrición del verano pasado. A decir verdad, y después de haberla visto, puedo asegurar que su reputación está enteramente justificada. Es un guión adaptado de la novela Who goes there? (1938) de John W. Campbell, pero tiene su propia dosis de creatividad de Carpenter. Eso sí, lo único que hizo The Thing fue popularizar una propuesta temática que ya existía: la idea de mezclar ciencia ficción con horror se remonta a uno de mis escritores favoritos, H.P. Lovecraft, y de hecho su cuento En las montañas de la locura es una historia tan parecida a The thing que no puedo evitar imaginármelas como una misma. Guillermo del Toro la está adaptando, y cuando veamos el resultado final, será inevitable la comparación. Pero, de vuelta al tema, la cosa original sin duda generó culto y admiración, y seguramente un montón de novelas gráficas, stickers y collectibles geeks.

Entonces, 30 años después, llega un remake que quiere ser precuela, o precuela que quiere ser remake. Eso también se infiere en el homónimo título, tan tortuoso de identificar como de escuchar. En EUA se llamó The Thing, al igual que The Thing, pero en México le añadieron "del otro mundo", quizá para diferenciarla con la primera La cosa, o simplemente por la sangrona costumbre que tiene la RTC de ponerle títulos en español quesosos a las películas gringas. De cualquier forma, cuando decía que había ido al cine a ver la cosa, nunca hubo forma de prevenir la siguiente pregunta: ¿Cuál cosa?

Pues esa. La que quiere ser la otra, y que casi lo logra si no fuera por un montón de otras cosas que hicieron que la cosa entera fuera otra cosa. La primera vez que oí de esta The Thing (que de ahora en adelante llamaremos The Thing II para ahorrarme la verborrea), fue echándole un vistazo a las atracciones que tendrían cabida en el Halloween Horror Nights de este año, un evento masivo de casas embrujadas, espantos y sangre en Universal Studios Hollywood/Orlando. Ahí, The Thing II tuvo su propia casa embrujada, a manera de gimmick comercial y de trailer, llena de props sacados directamente de los estudios y de un recorrido que simulaba el progreso de la película. La casa era maravillosa, pero en realidad me preguntaba qué tan conveniente era hacerle una precuela a una película lo suficientemente buena en su momento.

Pretextos no se necesitaban. El guión original tenía espacios que llenar. Es más, inicia con unos científicos descubriendo un campamento noruego abandonado y quemado, en donde además encuentran por primera vez a la famosa cosa. Obviamente, la secuela hablaría de cómo los noruegos habían encontrado a la cosa por primera vez. Se trataba de un ser alienígena que atacaba cualquier organismo vivo e imitaba su forma, ya sea de humano, perro o lo que sea: el suspenso consecuente era la paranoia de quién era humano y quién no, sin mencionar los grotescos efectos especiales que daban vida a la criatura cuando decidía dejar de imitar y empezaba a atacar. La suerte que habrían corrido los noruegos tenía que ser similar a la de los americanos de The Thing original, y en eso enfocaron sus esfuerzos el director Matthijs van Heijningen y escritor Eric Heisserer. Y sí, fue una remake-precuela.

Los personajes lucen exactamente igual, los sets son idénticos y la atmósfera es exactamente la misma. El giro aquí es la añadidura de la horror girl, la Dra. Kate Lloyd, quien también es el protagónico por alguna extraña razón. Pero incluso hay un afroamericano, tal como en la primera, pese a que el campamento era en su mayoría noruego. Hay escenas que replican las originales, esforzándose en no ser exactamente las mismas, y también las hay totalmente nuevas que me parecieron un poco exageradas. No quisiera spoilear, pero digamos que el clímax sucede en un lugar poco conveniente que jamás hubiera previsto y me decepcionó un poco.

Esa era la novedad principal. O mejor dicho, los verdaderos créditos que la califican de precuela, porque el resto es totalmente remake. Y al menos, ¿qué decir de la calidad de las cosas que la hacen remake? Los efectos especiales, es decir, la esencia de la película y de La Cosa, esta vez, creo que no fueron suficientes. Es más, juraría que a las animaciones les faltaban como dos o tres pasadas más de render de sombras o algo por el estilo para que no se vieran al nivel de la primera The Matrix. Se veían falsas, perdían credibilidad, es más, tornaban todo el asunto hilarante. La primera película, hecha con arcilla a manos de Rob Bottin, era incluso más escalofriante y creíble. Hay algo en esos movimientos burdos del frame by frame que siempre me han dado miedo: para muestra ver la fregada víbora-escalera de Beetlejuice. Pero aquí ocurre algo similar a lo que le pasó a Furia de Titanes, los efectos a computadora resultan tan excesivos y abrumantes (en este caso, tan aftereffects-ish) que uno acaba prefiriendo cómo se veía la original.

Y por supuesto, la acción se desenvuelve demasiado rápido. A los veinte minutos ya están luchando contra la primera cosa. Es más, creí que de pronto aparecerían los créditos al terminar la batalla y que todo hubiese tenido sentido si ahí acabara la película. Mientras que en la primera veíamos 3 o 4 escenas de acción, creo que aquí ocurre una cada 10 minutos.

The Thing, The Thing II, La cosa dos, la cosa del otro mundo, o como la quieran llamar, es una pieza de rompecabezas que faltaba a la primera, pero que al mismo tiempo no puede evitar ser su copia al carbón. Sí, tiene sus jump scares, sus momentos de tensión y su propio atractivo, pero no añade, ni explica, ni le quita nada a la primera película. Es de esas películas que si se quitan de la saga no pasa nada, como, digamos, Shrek 4. Sin duda, para quien no ha visto la original, sentirá la experiencia fresca y las primeras impresiones no estarán forzadas a ninguna expectativa. Sin embargo, si deja un mal sabor de boca, o peor aún, resulta palomera, entonces sería más recomendable ver la original inmediatamente después.



El trailer de la cosa original:



Y aquí, un detrás de cámaras de la atracción-trailer-commercial gimmick en Halloween Horror Nights 2011:

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